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Desde la ficción y a veces desde comentarios de actualidad, en ustedes esta destinguir cual es cual.

sábado, 28 de enero de 2012

LA NUEVA VIDA DE CLARA- SEGUNDA PARTE-

Una de las opciones fue robarle cosas de valor sin que se diera cuenta, pero descartó esa idea porque perdería su trabajo y sería rápidamente descubierta, ya que el anciano llevaba un inventario en su mente de los objetos del negocio y de la casa. Otra de sus opciones fue buscar un amigo de los barrios bajos y realizar un robo, donde ella le diría donde buscar los objetos de valor y plata que escondía Don Alberto, pero no le gustó el plan porque el joven siendo uno de los pocos ladrones del pueblo sería descubierto y la delataría, debiendo pasar su vida en prisión, perdería sus hijos.
Por ultimo, se le ocurrió otra cosa que enseguida puso en marcha, enamorar al anciano y mudarse con sus hijos a esa enorme casa, sin tener que pasar más necesidades.
Comenzó arreglándose antes de ir a trabajar, luego buscaba excusas para charlar con el anciano, pronto él se sintió cómodo con su compañía, tantos años de soledad le habían hecho olvidar como cotejar a una mujer así que le regaló flores, luego un electrodoméstico que sabía que necesitaba y un día mientras charlaban la invitó a cenar.
El  plan funcionaba a la perfección aunque más rápido de lo que esperaba, apenas había pasado un mes y ya tenía una cita, sus encantos; que ella desconocía, por su baja autoestima, consecuencia de años de malos tratos verbales haciéndola sentir una basura;
le habían facilitado el camino junto con su juventud.
En la cena él se comportó como todo un caballero, corriéndole la silla, sirviéndole el vino, regalándole una rosa al llegar, todos halagos a los que ella no estaba acostumbrada, se sintió la princesa del cuento de hadas y pensó que la vida con él sería estupenda, al finalizar la noche ella pensó que dormirían juntos, pero el la acompañó a su casa y la despidió con un beso en la mejilla.
A la tercera cita ella le insinuó que quería que pasaran la noche juntos y el asombrado accedió, su experiencia en el sexo era escasa, siempre tomo el papel de sumisa por sus primeros pasos siendo niña, pero el fue tan dulce que la hizo sentir plenamente amada y mujer.
Pasaron los meses, Clara se mudó con sus hijos a la casa de Don Alberto, los niños estaban felices tenían una habitación para ellos solos y un patio grande donde podían llevar a la realidad  todas esas aventuras que antes quedaban en la imaginación.
Ella tomo el papel de dueña del hogar y esposa, limpiaba y ordenaba pero con una felicidad, porque ahora cada objeto que tomaba era suyo, la cama que tendía era suya, la comida la compartía con él y sus hijos.
Pero cuando hacía las compras, las miradas de las vecinas y del verdulero la juzgaban sin piedad, en un pueblo chico, ella era el tema del momento, acusada de interesada y mujerzuela que había enredado en su telaraña con sabe Dios que embrujo al bueno de  don Alberto. En el fondo, ella sabía que tenían razón ese había sido su plan, pero él con su dulzura y atenciones había logrado entrar a su corazón, no lo amaba pero sentía un gran cariño y por primera vez se sentía segura en los brazos de un hombre.
Una noche de jueves, como acostumbraba Don Alberto fue al boliche a jugar a las cartas y llegó borracho, comenzó a gritarle mujerzuela y un montón de insultos, los chismes del pueblo habían llegado a sus oídos y se los tiraba en la cara como queriendo exorcizar los males de la pareja, Clara se asustó y se encerró con sus hijos. Al otro día, en el desayuno el anciano andaba con la cara baja y triste, ella lo miró con despreció y le dijo, si pensás eso de mí, me marcho y no me vez más en tu vida. El ultimátum surgió efecto y él la abrazó con amor pidiéndole que se quedara.

CONTINUARÁ.....

jueves, 26 de enero de 2012

LA NUEVA VIDA DE CLARA

Clara miraba el mate recién cebado, perdida en sus pensamientos, tenía treinta años, pero una vida llena de hechos dramáticos que la marcaron desde niña dejando huellas de dolor en su corazón.
Siendo niña fue abandonada por su madre, que cansada de los golpes dejó la casa familiar, sin pensar en los hijos que quedaban atrás, con ese demonio como padre. Clara era la mayor de siete hermanos, tres mujeres y cuatro varones, pronto supo que a sus ocho años debía transformarse en la mujer de la casa, limpiando, cocinando, cuidando a sus hermanos y para sorpresa de ella debía ser también la amante de su padre.
Una madrugada, cuando su padre abandonó su cama, sus ojos se volvieron duros y negros como el pozo más profundo, que habitaba con una roca en su corazón.
Cuando cumplió dieciséis años, se escapó de la casa con el primer joven que le demostró amor, los primeros años fueron buenos, pero luego del segundo hijo, el dinero escaseaba y Horacio comenzó a beber y a golpearla, sin saber a donde ir, soportó los golpes, protegiendo a sus hijos. Hasta que buscando un mejor trabajo su marido se fue a la ciudad.
Sin dinero y sola, Clara busco trabajo limpiando casas, así conoció a Don Alberto, un viudo solitario que tenía un negocio de venta de productos agrícolas, muy necesario en un pueblo rodeado de campos de sembradíos.
El viudo era el que mejor pagaba los servicios de la joven, a tal punto que ella terminó renunciando a sus otros trabajos y se quedó solo con la casa del anciano.
Esa era su vida aquel día que miraba el mate y pensaba posibles acciones para cambiar su futuro.

jueves, 19 de enero de 2012

ASESINATO EN BARRIO GORRITI - FINAL.

Camila regresó a su escritorio, pidió informes de entradas y salidas de la señora del país, también llamó a las cafeterías de la zona para saber cual era la concurría diariamente al domicilio de la anciana, cuando supo que era la cadetería “Rápido y a tiempo” citó al empleado a la comisaría para el día siguiente con la hoja de ruta de las entregas. Con las líneas de investigación en marcha se retiró a su domicilio, a sufrir otra noche de temperaturas altas, pensó.
Al otro día, cuando llegó a la oficina, el muchacho la esperaba en la sala de interrogatorios, aparentemente muy asustado, estaba en conocimiento del asesinato de Carmelinda y temía ser involucrado en el hecho.
Le extendió a la detective la hoja de ruta, esta miró detenidamente las fechas y entregas. Aparentemente cada vez que salía un paquete a una zona del norte de la ciudad, el muchacho recibía un paquete que debía entregar a la señora.
Los domicilios de entrega variaban todos los días, salvo el modo de la operación.
Preguntó al muchacho si conocía a los habitantes de las viviendas, el respondió que no,¿podía describirlos?¿eran siempre los mismos los que recibían la entrega?, el cadete dijo que sí, eran siempre los mismos, a algunos podía describirlos, otros no porque lo recibían de noche y no veía sus cara, la detective pidió una descripción de los rostros que recordaba, llamó a un dibujante y se retiro un momento de la sala.
Cuando llegó a su escritorio vio el informe de las salidas del país de Carmelinda, normalmente eran cada tres meses, algunas a España y otras a México, en ambos lugares se queda solo tres días. Según la hoja de ruta del cadete, las entregas comenzaban al otro día de llegar del viaje.
Camila puso los brazos alrededor de su cuello y analizó el caso, los datos daban vuelta en su cabeza y trataba de unir los puntos cuando llegó la dibujante con tres identikits, enseguida reconoció dos de los rostros eran el negro Ramirez y el porteño tito Zarsa, dos conocidos traficantes del norte y oeste de la ciudad. Al tercero no lo conocía, miró con detenimiento la cara y el pelo. Luego entró a la sala donde aún se encontraba el muchacho, le mostró el dibujo y le pidió que describiera la vestimenta del sujeto, el joven dijo que siempre vestía camisas de colores fuertes y pantalones de  telas frescas, la detective le pidió que recordara si tenía alguna tonada que llamará su atención, después de pensar un momento dijo que si que hablaba como las novelas de la tele, con elle y palabras como pastel, emparedado y eso.
Camila llamó a su ayudante y escribió algo en  un papel y se lo entregó, se quedó en la sala, estuvo en silencio varios minutos mirando al muchacho que cada vez parecía más asustado. Después de un rato preguntó,  usted sabía lo que había en los paquetes, no contestó el muchacho, nunca en estos tres años revisó la mercancía, el joven volvió a negarlo. ¿Qué pasó con la última entrega? El cadete, se miró la palma de las manos transpiradas y contestó, me la robaron en el camino, porqué no lo informó a su jefe, por temor a que me despidan contestó llorando. La detective se paró para abandonar la sala y antes de salir dijo, en este momento esta allanando su casa y el domicilio del mexicano. El joven dejó de llorar, su cara demostró terror y arrepentimiento, la mataron por mi culpa, preguntó. Dilapidariamente Camila contesto sí.
A la media hora su ayudantes llegaron con dos detenidos, el arma homicida y la droga incautada en los domicilios del mexicano y del cadete, junto con un fajo de billetes.
No fue necesario interrogar a los sospechosos, declararon todo, narrando los hechos con lujo de detalles, al terminar la declaración Camila le dijo al mexicano, que el cadete había robado la mercancía, su cara mostró signos de arrepentimiento, tarde para una condena de treinta años.
El caso estaba cerrado, la prensa esperaba ansiosa una declaración de la detective, se habían enterado de los arrestos, Camila pensó si debía contar los detalles del tráfico que realizaba la víctima y manchar su honor o contar los detalles a medias.
Enfrentó los micrófonos y dijo que en un terrible error se había torturado y matado a la señora Carmelinda Saenz, porque un narcotraficante la había señalado como la cabeza de la operación para evitar la muerte.
Hecha la declaración se dirigió a su auto, pensando la falta que le hacían unas vacaciones, porque se estaba volviendo menos ruda y directa, en otro momento no le había temblado la voz para decir la verdad, por más que esto significara manchar la imagen de una señora de sociedad.

sábado, 14 de enero de 2012

ASESINATO EN BARRIO GORRITI - SEGUNDA PARTE.

Al dejar la escena del crimen, se dirigió a su oficina, debía esperar la autopsia, entonces se puso a analizar las finanzas de la víctima, para ver si había cobrado una herencia o algún dinero que atrajera a sus atacantes. La señora Carmelinda Saenz aparentemente no había recibido mucho dinero de sus padres, pese a ser hija única, nunca se casó por lo que no tenía seguro de vida del marido, ni tenía hijos, su ingreso mensual provenía de una propiedad que alquilaba en el centro. Pero, ¿cómo podía mantener esa mansión  y estilo de vida?, este interrogante daba vueltas en la cabeza de Camila cuando llegó el informe forense. Los golpes que recibió la víctima no coincidían en nada con los casos de robos anteriores, en ella los asesinos se tomaron su tiempo, fueron golpes en zonas específicas para mantener con vida a la víctima y causarle extremo dolor, se habían utilizado en la tortura, cigarrillos en brazos y piernas, por las quemaduras, golpes con cadenas en muñeca y golpe con palo en la planta de los pies, también había rastros que demostraban golpes de puños en la cara. No se pudo extraer ninguna fibra o huellas, los delincuentes usaban guantes, solo había fotos de los golpes de cadenas y palos, para poder identificar el arma utilizada. La causa de la muerte fue un golpe en la cien con un palo de aproximadamente diez centímetros de diámetro, el mismo que se utilizó en las plantas de los pies. La hora de la muerte era  las doce y treinta.
Con en el informe en la mano, la detective llegó a la conclusión de que este era un caso aislado de homicidio con ensañamiento y debía olvidarse de relacionarlo con los anteriores robos en el barrio, cosa que la tranquilizaba por un lado porque la prensa y sus jefes sino hubieran hecho un escandalo con los casos no resueltos, pero por otro lado, la forma de la muerte, la hora y el hecho de la tortura eran algo inexplicables para una anciana de ese barrio, parecía más un ajuste de cuentas.
¿Qué información tenía la anciana que debieron torturarla para hacerla hablar? ¿ habían logrado que hable o murió de casualidad en uno de los golpes sin pronunciar palabra? La tortura por la hora de la salida de la mucama y la hora de la muerte debió durar aproximadamente dos horas. Los asesinos conocían los movimientos de la casa,  sus horarios y  a la víctima, otra incógnita.
Era casi de noche, cuando la detective cansada de pensar respuestas en su escritorio decidió ir al barrio y entrevistar a los vecinos. Se paró en el frente de la casa y miró a su alrededor cuál de los vecinos tendría mejor visión de quien entraba y salía de la mansión, divisó una casa antigua de una planta con los árboles recortados y una ventana con la luz encendida, desde esa ventana se veía con claridad la casona. Golpeó la puerta y una anciana la atendió temerosa, soy de la policía, aclaro Camila, quería hacerle unas preguntas , puede ser. La anciana la hizo pasar a la sala, desde ahí vio un sillón que daba justo a la ventana, allí se sentó la dueña de casa. Comentó el homicidio de su vecina, la detective analizaba detenidamente la cara de la anciana mientras hablaba, pudo notar gestos despectivos y de envidia asia la víctima, era la testigo perfecta, contaría todo lo que sabía porque la odiaba.
- ¿Cuándo fue la última vez que vio a su vecina?- pregunto la detective.
- A Carmelinda se la veía muy poco, no barría la vereda, ni hacía las compras, de eso se encargaba la muchacha, tampoco se sentaba en el patio del frente y miré que es muy bonito y con mucha sombra, según la muchacha, la señora dormía todo el día, pero tampoco la he visto de noche en los comedores del barrio, como hacemos con mis amigas- relató la vecina.
- ¿Notó algo extraño en último tiempo?- interrogó la detective.
- No, pero ahora que pienso Carmelinda recibía mucho correo, siempre había un cadete que venía a la mañana y a la tarde a entregar y retirar encomiendas- expresó la vecina.
- ¿Sabe de que vivía su vecina, cuál era su ingreso?- preguntó intrigada Camila.
- No, siempre se dijo que tenía gran fortuna heredada de sus padres que incluían campos, debe ser así por los lujos que se daba, viajes al extranjero tres veces al año,  compras en Europa y Centroámerica, la verdad nunca le pregunté.
- Por último señora, para no abusar de su amabilidad, vio alguna persona extraña los días anteriores al homicidio.
- Ahora que lo menciona, si me acuerdo, un señor que no era del barrio, por como vestía se paró frente a mi ventana y miraba la mansión, estuvo ahí como media hora.
- ¿Podría describirlo? entusiasmada ante la pista preguntó la detective.
- Si, era bajito, morocho, de piel oscura, con rasgos parecidos a los de la propaganda de turismo de México, siempre quise ir ahí, fumaba mucho y vestía extraño, pantalones fuera de moda y camisas de colores fuertes.
- Gracias por su colaboración señora- dijo Camila mientras se levantaba.
- Espero que encuentren al asesino, Carmelinda no era muy amable como vecina pero no merecía morir así.
Salió de la casa más confundida que antes, pero ahora tenía muchas pistas para seguir.


CONTINUARA....

miércoles, 11 de enero de 2012

ASESINATO EN BARRIO GORRITI

Era verano y como tantas otras cosas Camila lo odiaba, esa noche la temperatura elevada no la dejaba dormir, daba vueltas en la cama buscando la mejor ubicación para que el ventilador le tire más viento. Luego de una noche así, el humor de la detective era tan malo que con solo mirarla sus ayudantes evitaban acercársele.
Llego a su escritorio, con la tasa de café en la mano, porque ese era un vicio que no dejaba por más que la sensación térmica sea de treinta y seis grados, estaba leyendo los partes de la noche anterior cuando llegó un llamado a la oficina, habían encontrado el cuerpo de una anciana en barrio Gorriti. Este era uno de barrios más viejos de la ciudad, donde la arquitectura de principios del siglo veinte se mezclaba con los modernos edificios construidos en el furor inmobiliario de los últimos cinco años. Sus  habitantes eran  herederos de las propiedades, descendientes directos de las familias más  prestigiosas  y pudientes del siglo pasado. Hoy en día, debían convivir con las parejas y los estudiantes que ocupaban los nuevos edificios, hecho que causaba mucho malestar para estas personas, en su mayoría ancianos, acostumbrados a la tranquilidad y la privacidad del barrio.
Pero otro problema aquejaba al barrio, en el último año varias casas fueron desvalijadas en ausencia de sus dueños y otras robadas con violencia desmedida, dejando a sus moradores atados y brutalmente golpeados.
Por eso cuando la detective oyó el llamado, lamentó que el año terminará de esa manera para sus habitantes, hizo un gesto de disgusto y se dirigió al lugar del hecho. Al llegar notó que la casa era una de las mansiones más lujosas del barrio, ubicada en la ochava noreste dominaba la manzana que rodeaba a la plaza, pertenecía a la familia del antiguo encargado del ferrocarril de la zona centro del país. Al entrar a la casa, pudo apreciar  el mobiliario,  la vajilla, los adornos y cuadros junto con la decoración eran delicados y finos, aparentemente importados de las mejores tiendas de Francia, según el poco conocimiento de Camila en este tema.
El cuerpo se hallaba en la habitación principal de la casa, ubicada en el primer piso, porque  esta gente tiene que tener la habitación arriba y me hace subir escaleras, protestaba mientras pisaba cada escalón la detective. Al entrar vio a los peritos trabajando, la mujer se encontraba atada al cama, con signos de haber sido torturada, tenía marcas en los brazos y golpes en todo el cuerpo, la cara estaba irreconocible. La causa de la muerte un fuerte golpe en la cabeza, le comunico el forense, pero lo confirmaría con la autopsia. El arma utilizada no se encontraba en la escena, pero por los golpes debieron  ser una cadena y un palo muy grueso, entonces los atacantes debieron ser dos por lo menos, pensó Camila.
Al bajar las escaleras se encontró con la mucama, que vivía en la casa con la señora, lloraba desesperada, según pudo averiguar, esa era su noche libre, lo que demostraba un trabajo de inteligencia por parte de los asesinos. Uno de sus ayudantes le informó que las cerraduras no estaba forzadas, ni la del frente ni la del patio, esto asombró a la detective en los anteriores casos de invasión de morada, las víctimas fueron   sorprendidas mientras dormían, luego de forzar la cerradura del frente con una barra o la señora conocía a sus atacantes o ingresaron a la casa a través de un engaño.