Era una madrugada fría, de esas que empañan los vidrios y la llovizna que no cesaba, al caer se transformaba en aguanieve. Sonó el teléfono en la casa de la detective Camila Juárez, con esfuerzo sacó el brazo de las cobijas abrigadas y escuchó, lo que temía, debía atender un nuevo caso de posible homicidio.
En su auto sin calefacción se dirigió al domicilio que estaba ubicado en un country, estos barrios privados provocaban en la detective ira e incomprensión, esas personas que crean un paraíso paralelo a la realidad, donde la seguridad y la tranquilidad estaban aseguradas por una serie de medidas y cercos perimetrales imposible de franquear. Cuando al llegar al country vio un criadero de chancho enfrente la detective sonrió, ni siquiera los cercos limitan la realidad y la pobreza que los atraviesa en forma de olores penetrando en sus mansiones por la ventana.
Se presentó en la casilla de seguridad, después de varias preguntas y mirar su placa cinco veces la dejaron entrar, indicándole el camino a la casa en cuestión.
Cuando llegó, le asombró ver al Jefe de Policía y una serie de Jefes de secciones observando y hablando, saludó y fue a la escena, al llegar la enfureció que no la hayan protegido, empleados de la casa y familiares caminaban por la pieza junto con varios oficiales. Gritando hecho a todo el mundo de ahí, solo permitió que se quedaran los técnicos de criminalística y los forenses. Pero las pruebas estaban arruinadas.
La víctima era una mujer de aproximadamente cincuenta años, conocida colaboradora de varias fundaciones sociales y heredera millonaria de un conocido terrateniente de la zona.
Lo primero que le comunicó el técnico, es que la habitación no era la escena del crimen sino el baño, al ver el cuerpo inerte de la señora acostada en la cama con la bata mientras era examinada por el forense, enloqueció, no solo arruinaron la escena del crimen sino que adulteraron todo rastro del mismo, la vistieron, la acostaron y dejaron sus huellas en todos lados,¿ cómo voy a descubrir al asesino?- gritó. En ese momento, el jefe de la sección se acercó y le dijo que no gritara y que se trataba de una familia muy importante, por lo que no se debía llegar a conclusiones con tanta rapidez, que el marido aseguraba que se trataba de un accidente por eso no quiso que se la encontraran desnuda en el baño, la vistió y acostó con la empleada. A la policía no la llamaron ellos sino los de seguridad del country.
CONTINUARÁ.....
buenisimoo me encanto!!
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